MEDIEVAL FORTIFICATION RETROFIT [IN PROGRESS]

Castilla-La Mancha, Spain, 13th century

2021...

















M es un nudo del río. En él confluyen los arroyos R y A, y allí se engarzan también dos paisajes, el de la meseta sur de Castilla, plano y secano, con el de Sierra Morena, monte bajo más accidentado, que anuncia Andalucía. También es nudo geográfico, pues por él se vigilaba el paso de Montiel a Jaén de la Vía Augusta (o Hercúlea), que unía Tarraco y Gades.

M está esculpido por el agua. Su forma es la de la misma roca que le sirve de basamento y extruye sus murallas, roca tallada por la hoz del río. Es la corriente la que moldea, redondeando la geometría compacta del recinto amurallado.





Agua y nudo

Es un nudo de cercas concéntricas que van ciñendo al aumentar la pendiente. Así, es más suelto el primer recinto de la Albacara, al sur. Más estrecho el siguiente del Albaicín, que abraza a su vez a la muralla principal ya cerrada y subida a la roca. Al interior de ésta se agolpan construcciones encadenadas contra la muralla, apretadas entre sí por el patio de armas que se hace hueco. En esa tensión sobresale al este la Torre del Homenaje, última línea de defensa que se funde con la peña en corte vertical. Allí se basta ella sola, encaramada al río.
























La sucesión de tránsitos, de estancias, existe en torno a un centro vacío, primero el del propio patio, luego el de la escalera de la torre abierta al cielo. En esa línea que se va plegando hacia dentro, en ese deambular al-de-rredor, se siente en el castillo la presencia del río. Es la corriente que contornea a sus pies quien da forma a M.

Una vez descubierta, se trata, entonces, de servir a esta naturaleza, de afinarla. El proyecto, siempre sentido antes que comprendido, debe ser instrumento de esa intuición.























Construir sin trazas

M no es dibujo sino pintura. Su orden no está pautado por ritmos o las simetrías que habilitan sus cadencias. No existen aristas marcadas ni ángulos rectos que dicten su representación. Como no está trazada, la composición no se apoya en ejes ni en alineaciones. Por contra, el espacio se coloniza como el pintor su lienzo, en virtud de los pesos visuales de sus manchas. Son los volúmenes y sus ausencias, los huecos y las sombras arrojadas de sus muros macizos lo que ha de conjugarse.

Sí, es posible renunciar al orden reglado del dibujo y optar por la disposición de elementos en virtud de su equilibrio visual. Sin embargo, no lo es tanto en lo que a su construcción se refiere, pues ¿cómo es posible actuar con solvencia sobre superficies de geometría tan incierta?





La respuesta está en el marco interpuesto. El proyecto de M introduce, intercalado, un sistema de referencias rectas, visibles e invisibles; un campo de líneas duras. Aunque independientes unas de otras, articulan y contienen la sustancia de sus muros, de sus bóvedas, de su topografía menos definida. Así, por medio de una urdimbre local, de armazón de objetos, tan geométrica como material, se reconstruyen renovados los elementos que el tiempo ha ido desdibujando.


M Tenaz. Apuntes para la rehabilitación del Castillo de M, Parte I. XII.2021


































Vault brickwork and masonry study of historical layers